Quito siente la crisis venezolana

En las calles de Quito se reconoce fácilmente a un venezolano. La capital ecuatoriana es uno de los destinos preferidos de los migrantes que huyen de la crisis de su país. La organización civil Venezolanos en Ecuador asegura que son unos 28 347 los que residen en el país; cifra que parece pequeña cuando se los encuentra en casi cualquier barrio de Quito. El número pertenece al registro electoral para la última consulta popular convocada por el presidente Nicolás Maduro.

El dólar es el atractivo para los venezolanos. Un ingreso de al menos USD 600 es más que suficiente para subsistir en Quito y enviar remesas a los familiares en Venezuela. Los trabajos se dividen entre lo informal, subempleo y formal; lo más evidente es de aquellas personas que expenden casi cualquier artículo en las calles. Venden desde agua o jugos hasta arepas de su país. Hay quienes logran el objetivo de mandar unos USD 100 al mes, lo cual es suficiente para que una persona pueda vivir en Venezuela durante un mes. El siguiente reto es conseguir unos USD 300 para pagar renta y alimentación en Quito.

El salario mínimo en Ecuador es USD 375 y recientemente acaban de aumentar el sueldo mínimo a 350 000 bolívares en Venezuela. El arriendo de un pequeño cuarto en La Comuna (un barrio popular de la capital) llega a costar USD 150. En el sur de Quito hay microdepartamentos por USD 100 y por eso Solanda se ha hecho muy popular entre los nuevos residentes de la capital. Las ventas ambulantes de venezolanos están en la calle J, el Centro Histórico, las avs. Amazonas, Naciones Unidas y Cotocollao. “Uno vive y trabaja donde se pueda”, relata uno de los migrantes -oriundo de Caracas- y que habita Quito desde hace un año.

La convivencia empieza a generar síntomas de una ciudad en transformación. La primera semana de septiembre del 2017 circuló un video en el cual unas venezolanas hablaban sobre los quiteños.

¿Cuál fue el resultado? Comentarios xenófobos de los quiteños que se sintieron aludidos por las declaraciones en el video. El clip se viralizó en Facebook al punto que se evidenciaron fricciones sobre la convivencia entre ecuatorianos y venezolanos, aunque para muchos solo es un caso aislado.

El fenómeno migratorio llanero, según el diario El Comercio, empezó en el 2008 con el arribo de profesionales en petróleo y se ubicaron en las provincias costeras de Esmeraldas y Manabí. El flujo más alto se notó desde el 2016 debido a la crisis venezolana. El Comercio recoge las palabras de Steep Vergara, coordinador de la Zona 1 del Ministerio de Relaciones Exteriores para sustentar la razón de la llegada de venezolanos.

Casi medio millón de llaneros ingresaron a Ecuador entre el 2012 y 2016. La cifra es del Ministerio del Interior. De ellos 38 087 se quedaron en Ecuador. El Comercio resume el movimiento migratorio en un gráfico.

En la primera ola de venezolanos llegaron profesionales. La Asociación Civil Venezolanos en Ecuador ha registrado a 8 664 connacionales. De ellos el 83% son profesionales dedicados a la medicina, administración, publicidad y marketing, periodismo y petróleos. Ellos deben registrar su título profesional en la Secretaría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (Senescyt) para ejercer en Ecuador. Además de tener sus papeles (visa de trabajo) en regla. De hecho, así se publican en grupos de Facebook los anuncios de trabajo.

El título profesional ayuda mucho para conseguir trabajo, pero aquellos que no lo tienen laboran en lo que pueden. Según los propios migrantes, las personas que llegan por tierra a Quito pertenecen a la clase media, media baja y muchos no tienen un grado universitario. Trabajan en restaurantes, ventas y empresas con servicios de transporte urbano. Su virtud es la buena actitud y el servicio al cliente. Además, se han abierto emprendimientos, especialmente de comida típica llanera.

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